miércoles, 11 de mayo de 2016

Tu Mirada

Muchos rostros insolentes detallan mi suave andar, de tu mirada no puedo escapar.
Desde el otro lado de la habitación, es tu mirada una fuerza que llega hasta mi para poseerme.
¿Que es esta extraña sensación que se posa fría e invisible en mis hombros desnudos y se desliza por mis brazos haciendo erizar mi piel?
Tu mirada llega a mí como furiosas ondas de choque que me recorren con una suavidad casi dolorosa.
Secretamente invades mí espacio, destrozas mi seguridad y desvalijas mis sentidos frente a una multitud que permanece ignorante ante tú flagelación.
Sin mover un dedo ya me has recorrido entera.
Sin acercar tu cuerpo ya conoces mi pudor.
Sin cambiar tu gesto fuiste capaz de decirme más de lo que mi recato le permite decir a un desconocido.
Obsceno relato de piel y sudor cuentan tus ojos.
Incesante y punzante es la onda expansiva que choca en mi cintura y baña mis caderas.
¿Cómo te atreves a atacar mi cuerpo con ese rostro inexpresivo y esa cruel intensidad de tu mirada?
Es mi ropa una muralla que ha sido brutalmente derribada ante la contundencia de tú imaginación.
De nada sirve la distancia física cuando tú, sabes desnudarme con la mirada.