miércoles, 9 de diciembre de 2015

LOCO

La cordura me pide escuchar los consejos del ángel bueno.
Pero solo me hizo falta sentir tu aliento para dejarme seducir por las perversiones del ángel malvado.

Lo se bien, en las manos de un loco se tocan los límites.

La cordura me advierte que debo escuchar al ángel blanco.
Pero al mezclar tu aliento con el mio me he convertido en el ángel malvado.

Es necesario estar loco para acercarse a ti.

Ya es tarde para mi ... ¡Me invadió tu locura!

Ahora mi piel explota a la espera un loco que me toque.
Porque es necesario estar loco para tocar como tú lo haces.
Mis labios se llenan de lujuria deseando un loco que me bese.
Porque es necesario estar loco para besar como tú me besas.
Ahora mis ojos buscan con desespero un loco que me de una mirada impúdica.
Porque es necesario estar loco para mirarme como tú lo haces.

Eres mi loco.
Solo una loca podría dejarte ir.
Mi cordura es tal que por eso estas aquí, calentando mis piernas.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Plegaria

Mis pechos se asoman al sentir tu ser.
Eres tanta intensidad que gracias al recorrido de tus manos voy descubriendo partes de mi cuerpo.
Tus fuertes manos.
Eres capaz de tocar lo que no sabía que tenía.
Tus manos aprietan mi pecho y se funden en mis cimas, erectas por tanta pasión.
Las tomas sin calma, con desenfreno, abusas de ellas, sabes que son tuyas.

¿Como decir que me duele cuando mi cuerpo pide mas?

Mi grito de dolor es sinónimo de rendición.

Es un pedazo tan pequeño de mi cuerpo pero justo ahora se siente como en mi. 
Sigues presionando, cada vez con más fuerza y soy nada.
Completamente controlada por tus dedos.
Completamente entregada a ese delicioso dolor.
Completamente extasiada ante el frio, ese ardor en mis cimas.

Mi grito de dolor es una suplica por más.

La presión es tanta que no permites que fluya la sangre.
Solo existe dolor, ese terrible dolor que no quisiera dejar de sentir nunca.
Un dolor tan agudo que anula cualquier otra sensación.
Un dolor que me hace desearte.
Te pido más, solo tu sabes darme más.
No es posible tanta presión, no es posible tanto frío en mis pezones, tanto dolor, tanto deseo.

Mi grito de dolor es una plegaria de salvación.

De súbito sueltas mis cimas y un dolor diferente se apodera de mi.
Un rayo cálido que nace desde mi vientre corre furioso mi cuerpo hasta mis pechos.
Mis cimas una vez frías y adoloridas ahora son inundadas por un golpe de sangre tibia.
Vuelve a mi el calor.
Aun siento dolor.
Mi piel se mantiene fría, tersa y adolorida.
Tus manos siguen en mis senos, ahora en forma de tatuaje temporal. 

Si, fui herida por tus manos y necesitó volver a sentirlas.
En tus manos, el cielo.
En tus dedos, mi perdición.
Esto apenas da inicio.
Pido ser tuya.